Durante años, el hielo ha funcionado igual: se fabrica en un polígono, se transporta en camiones, se guarda en congeladores hasta que alguien lo compra.
Boreal nace para romper con todo eso.
El hielo no viaja, se produce en destino.
Hemos rediseñado la cadena de suministro de principio a fin. Donde antes había rutas, almacenes y pérdidas, ahora hay eficiencia, autonomía y control.
Esto no es una mejora, es otra forma de pensar. Y sí, está en proceso de patente internacional.
Cada hielera Boreal se instala en tu espacio y produce hielo bajo demanda. Sin reparto, sin almacenaje y sin complicaciones.
Los números no necesitan adorno:
Reducción de hasta 2 kilos de CO₂ por cada compra.
Ahorro medio de unos 300 mililitros de agua por cada uso.
Hasta medio kilo menos de plástico en cada operación.
Una empresa debe ganar dinero. Mucho. Y reinvertirlo en la sociedad.
Boreal se construyó para hacerlas cosas con sentido, con propósito y con alma.
Desde el primer día, parte del equipo que mantiene nuestras hieleras son personas con discapacidad. Y esta iniciativa no nace con la intención de ser un reclamo ni una campaña temporal, nace como una decisión estructural.
También apostamos por impulsar talento joven, por apoyar iniciativas locales y por construir un proyecto que crezca haciendo crecer a los demás.
Así entendemos nuestro propósito: como una guía silenciosa.
Como algo que no necesita brillar pero sí iluminar el camino.
El propósito social nunca deja de estar presente.
Es nuestro ADN.
¿Quieres sumar algo que tenga sentido, impacto y diferencia?